El Museo de Arte Africano Arellano Alonso de la Universidad de Valladolid acerca el arte de África subsahariana a todos sus visitantes. Cuenta con tres salas en el Palacio de Santa Cruz, sede del rectorado de la Universidad. El Salón de Rectores que alberga una colección de monedas tradicionales africanas, la Sala Renacimiento con una extraordinaria colección de escultura figurativa en terracota, única en Europa tanto por el número como por la calidad de sus piezas, entre las que destacan obras de las más relevantes culturas que, desde el siglo V a.C. hasta la actualidad, han trabajado el barro cocido. En la Sala de San Ambrosio, por su parte, se puede contemplar la colección 'Reino de Oku', con obras realizadas en diversos materiales, todas ellas procedentes de este reino situado en el noroeste de Camerún. Personas en silla de ruedas o con movilidad reducida: consultar accesibilidad llamando al 983 18 45 30.
Salon de Rectores
Monedas tradicionales africanas A lo largo de la historia los pueblos de África subsahariana han utilizado objetos o mercancías para sus pagos, intercambios, donativos u ofrendas. Con el tiempo estos se trasformaron en una auténtica unidad monetaria y pasaron a ser un valor de referencia. Estas primitivas formas de dinero se denominan paleo-monedas¬ y varían de una comunidad a otra en función de su propia cultura, valores y creencias. La huella de estas prácticas tradicionales se ha mantenido casi hasta hoy, de forma que las primeras acuñaciones no se producen en África hasta después de los procesos de independencia, a mediados del siglo XX. No obstante, las monedas eran conocidas ya a través de las rutas caravaneras y de los conquistadores europeos. Las monedas africanas tradicionales son diversas tanto por su material como por su tipología. El primer gran grupo está compuesto por el dinero no metálico, que abarca desde productos agrícolas a manufacturas (tejidos), minerales, conchas, sala, ganado e incluso esclavos. El segundo grupo es el del dinero metálico, en el que se incluyen los metales en todas sus formas. Puede tratase de sencillos lingotes, barra y varillas o haber sido trabajados para convertirlos en armas, utensilios agrícolas, ornamentos (joyas) e instrumentos musicales. Todas las tipologías están representadas en éste espacio expositivo.
Sala Renacimiento
Escultura figurativa en terracota de África subsahariana La sala (que conserva los artesonados originales del Colegio de Santa Cruz, fechados a finales del siglo XV), alberga de forma permanente parte de la colección de esculturas figurativas en terracota del Museo. Se trata de uno de los conjuntos de carácter público más relevante de los que se exponen actualmente, al menos en Europa, tanto por la cantidad como por la calidad de las piezas. Las obras fueron modeladas por las más significativas culturas asentadas en las cuencas de los ríos Níger y Congo que han trabajado el barro cocido desde el siglo V a.C. hasta la actualidad. Algunos de ellas han desaparecido, por lo que se tienen pocas noticias sobre su estructura social, economía o régimen político, aunque su huella creativa se percibe aún en las creaciones en terracota más recientes. Entre los pueblos representados en la exposición figuran los Nok, Sokoto, Katsina, Ségou, Ife, Edo, Djenné, Bura, Komaland, Jukun, Ewe o Mangbetu, por citar algunos ejemplos. También es único, por su excepcionalidad, el conjunto de jinetes de terracota ubicado en la sala. Se trata de una iconografía poco habitual ya que la presencia de caballos en el área subsahariana era poco frecuente debido a su alta mortalidad. Por ello, cuando un miembro de la comunidad poseía uno de estos animales era representado junto a él, su más querida y distintiva propiedad, en la escultura funeraria que se modelaba para perpetuar su memoria.
Sala de San Ambrosio
El reino de Oku (Camerún) Este espacio, situado en la entreplanta del palacio de Santa Cruz, alberga una colección totalmente diferente a los dos anteriores. Se trata del conjunto denominada “Reino de Oku”, procedente de un territorio localizado al noroeste de la República de Camerún, en la región de Grassland. En Oku, el rey es la figura más relevante, la máxima autoridad política, judicial y religiosa. En la sala se pueden contemplar algunas de sus regalías (objetos rituales símbolo de poder que sólo él puede utilizar), como camas de jefatura, tronos o ropajes. Incluso se ha instalado el pórtico real original que servía de acceso a su palacio en Camerún, decorado con animales y otros motivos alusivos también a su prestigio. Igualmente relevante es el conjunto de máscaras rituales pertenecientes a distintas sociedades secretas tradicionales, cuyas actividades deben permanecer en el más estricto misterio. Estas máscaras están imbuidas de una carga mágica, sinónimo de juju (medicina), que las hace autónomas e impredecibles. La exposición, de carácter permanente, se completa con instrumentos musicales y con utensilios vinculados a la medicina tradicional que, al igual que el resto de objetos, es la primera vez que se contemplan fuera del reino de Oku.
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