Se inicia en 1906 para facilitar el culto de las barriadas, aisladas del centro por el paso del ferrocarril, y será costeada en su totalidad por Tadea Prado, viuda de Rafael Cano, Catedrático de Derecho en la Universidad de Valladolid.

Obra de Juan Agapito y Revilla, arquitecto municipal, su planta es de cruz latina con una sola nave de cinco tramos con crucero y ábside poligonal. En dicho ábside, se ubica un retablo neogótico de madera, que acoge el sagrario, coronado por una imagen de la Virgen del Pilar. En el exterior, destaca la fachada principal, sobre cuya puerta de entrada, se ha abierto una ventana con tracería gótica, coronándose con una espadaña de formas ojivales de dos huecos. Se combina el ladrillo en muros y la piedra para zócalo, fachada principal, ventanas y elementos decorativos.

En 1994 pasa a la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC). En 1999 fue restaurada.