Al despertar, ELLA se personó ante la Reina y le pidió un barco para navegar en él hastala Isla Desconocida. EL, vasallo de la Reina, se asombró de la osadía de ELLA y al ver que la Reina no podía negarse a la petición, decidió seguirla en su aventura.
Una aventura dentro del teatro gestual y visual, en la que se reivindica esa mirada al horizonte que todos conocemos.
Buscar nuestra Isla Desconocida es defender nuestro derecho a desarrollar nuestras inquietudes y responsabilidades con el destino.
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