Título - Homenaje 2023

Homenaje

Homenaje 2023 - Daniel Galindo

Homenaje a Daniel Galindo

 

                    

La voz de las Artes Vivas en la radio

El TAC quiere reconocer su vocación de servicio público, su compromiso, y el de su equipo, por su dedicación constante para dar cobertura y favorecer la visibilidad de toda la cadena de valor que opera en el ámbito nacional de las artes escénicas, por generar audiencias y formar públicos para el arte escénico. Queremos darle las gracias públicamente por ser un referente de la comunicación cultural, y un semillero de nuevas vocaciones en ese ámbito. Queremos darle las gracias por ser la voz de las artes vivas en la radio.

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo Radiofónico por la Universidad Complutense y Radio Nacional de España. Comienza elaborando contenidos editoriales en medios digitales como LaNetro.com, eDreams y Canal 21, especializándose en la difusión cultural.

Vinculado desde 2001 a la radio pública estatal, trabaja en programas como Diario hablado cultural, De película y Mundo solidario, así como en informativos desde el Área de Cultura y El ojo crítico. Ha puesto en marcha espacios de cine y artes escénicas, como Contando historias, en Radio Exterior, y Tendencias y En escena. Apuntes de cine y teatro, en Radio 5 Todo Noticias, este último en emisión desde 2002.

Participa en informativos y programas en las distintas emisiones de RNE; colabora en Culturas 2 (TVE) y RTVE.es, área digital de RTVE, a través de su página web de Noticias y el Laboratorio de Innovación Audiovisual. Participa como jurado en concursos y premios (Ceres, Max, Talía, Te queremos comunicar, Fundación SGAE), desde 2010 coordina e integra el jurado del Premio El ojo crítico de Teatro y colabora en mesas redondas y charlas (UCM, COFAE, festivales de Almagro y Olite).

Desde 2012 está al frente de La sala de RNE, las dos primeras temporadas en Radio 3 y, desde septiembre de 2014, en Radio Nacional, Radio 5 y Radio Exterior.

 


El teatro es siempre asunto del presente. Su forma es más cercana a la de la hoguera que a la de la piedra. Sucede y se extingue. Con suerte nos habrá deslumbrado o, al menos, nos habrá permitido vernos algo más en lo oscuro antes de volver a nuestros asuntos cotidianos.  Para que este breve y extraño prodigio suceda, es necesaria la suma de muchas voluntades. Siempre es el teatro una primera forma del plural, un nosotras y un nosotros, aquí y ahora. Compañías y espectadores, sí, pero también aquellos cómplices que se ocupan del teatro antes y después de su condición efímera. Nos acompañan durante los ensayos, en las ruedas de prensa, en los estrenos, en las ferias y en los festivales;  cómplices que pelean porque las artes escénicas tengan su espacio en los suplementos culturales, en las televisiones, en las radios, en los listados de “lo mejor del año”. Cómplices que trabajan bajo condiciones económicas cada vez más difíciles, en redacciones menguadas, en espacios arrinconados por este tiempo tan fiero para la cultura.  Cómplices con una vocación tan decidida como la de las gentes del teatro. Hablo, por supuesto, de los periodistas culturales y especialmente los dedicados a las artes escénicas. Y he utilizado la palabra “cómplice” porque es la que Daniel emplea en su programa “La sala” de RNE.  Y creo que no existe otra mejor para hablar de lo que sentimos muchos con Daniel: que es uno de los nuestros, un cómplice, un hombre de teatro, un enlazador mundos, un mensajero luminoso entre la escena y la polis. Hoy Daniel está en una feria, mañana en un teatro de la capital, al otro en un festival al norte, al sur, al este, o al oeste; infatigable, atento a todas las formas del teatro, amante de la pluralidad de lenguajes y de lenguas, capaz de dialogar con compañías de poéticas dispares. Para hacerlo así, se necesita mucho teatro visto y amado, mucha carretera, muchas horas de estudio, de conversación, de análisis.  Daniel ejerce algo tan radical como la bondad. Sabe que se puede ser crítico y exigente, sin insultar y atemorizar. Sabe que las críticas más difíciles de hacer son las buenas malas críticas. Y sabe que lo más difícil en un tiempo de cínicos y carroñeros es estar del lado del sí, de la alegría, de la fe en el teatro. Daniel, sí, es cómplice de muchas de las cosas buenas que le han sucedido al teatro en nuestro país en los últimos años. Te celebramos Daniel, y al hacerlo, celebramos este extraño oficio nuestro, que tiene que ver más con la hoguera que con la piedra.

 

Alberto Conejero

Poeta, dramaturgo, director