En 1390 Juan I dona el Alcázar y Alcazarejo a la comunidad de San Benito y en 1441 Juan II les cede la finca de Argales y su fuente. Los monjes conducen el agua hasta el Monasterio por tubos de barro cocido, pero no hay suficiente presión y su remodelación exige un alto coste.

En 1583 el Rey aprueba un proyecto de abastecimiento de aguas a la ciudad que incluía fuentes y en 1584 el cenobio cede el agua al Ayuntamiento a condición de asignarle una parte. Se elige una conducción cerrada con depósitos o arquetas en serie, para servir de registro, con trazas de Juan de Herrera. Las obras comienzan en 1586 y las ejecutan Juan de Nates y Diego de Praves. De las 8 fuentes proyectadas, se construyen 3: la de plaza. de Zorrilla, Fuente Dorada y La Rinconada. En 1622 concluyen las obras.

Se cree que hubo 32 arcas (27 de ellas fuera de la ciudad, a ambos lados de la carretera del Pinar de Antequera), hoy se conservan 14 y semienterradas 4. Son en piedra, de planta cuadrangular, puerta adintelada y cubierta piramidal o a dos aguas. El arca nº 1 (están numeradas) es la principal o Arca Real, lleva fecha de 1589 y escudo real, la realiza Diego de Praves.

Desde el primer arca hasta el monasterio hay 5 km. La conducción, en la época, se llamó "Viaje de Aguas de Argales", Cervantes lo menciona en La ilustre fregona: "…querían ir a ver la fuente de Argales, que la comenzaban a conducir a la ciudad por grandes y espaciosos acueductos… " En siglos sucesivos se fue ampliando la red así como las fuentes. El manantial de Argales se clausuró en 1974 al calificarse sus aguas como no potables.

El conjunto fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1982.