Personajes e historia

Mascotas en el siglo XVI

11 marzo, 2011

Ángela Palafox, vallisoletana del siglo XVI, joyera de Isabel la Católica y espía para el bando realista durante la Guerra de las Comunidades, responde nuestras dudas acerca de la vida en el Valladolid de su época.

Pregunta: Me gustaría saber si era habitual en su época tener mascotas. ¿Convivían con perros, con reptiles, con pájaros…?



Ángela Palafox responde…

¿Qué decir de las mascotas en el siglo XVI? Puedo contaros que las familias más adineradas, aristocráticas…o extravagantes, tenían animales raros, exóticos, ¡aves! Los demás, el pueblo llano, teníamos perros, sobre todo labradores para ayudar con el rebaño, y gatos por los ratones.

He de decir que estoy muy decepcionada con la gente de esta época, pues he podido comprobar que el Ayuntamiento mantiene una perrera municipal ¡y no hace más que recibir animalitos! Somos un poco caprichosos en este siglo, ¿no os parece? Ahora quiero una mascota, ahora no…¡Pues, señores míos, tener una mascota es una responsabilidad y hay que cuidarla desde el principio y hasta el final!

Mascotas en la Edad Media

Es habitual que el arte de la Edad Media represente animales de compañía en las estampas de la nobleza. Los perros tipo blanchette y otras razas similares, como los bichones, aparecen como acompañantes de damas y de niños.

Son, también, habituales en las escenas de caza. Famoso fue el cariño que tenía Juan I de Aragón (apodado, con motivo, ‘el cazador’) por sus canes: se decía que cuando alguno enfermaba llegaba, incluso, a dormir con él.

A lo largo de la Edad Media se impuso entre las familias acomodadas un gusto desmedido por lo exótico y lo lejano. La consecuencia natural fue la popularización de animales como el papagayo, ¡hasta el palacio del Vaticano tenía una cámara del papagayo! Nobles, aristócratas y diplomáticos custodiaban auténticas colecciones zoológicas como símbolo de poder y posición.

Para el pueblo llano, las mascotas solían tener una función más allá de la compañía. Vuelven a destacar, de nuevo, los perros, fieles aliados en la caza, el cuidado de rebaños y otros animales y la defensa de las granjas y tierras.

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