- Crónica I. Del 15 al 20 de diciembre de 1520
- Crónica II. Del 21 al 27 de diciembre de 1520
- Crónica III. Del 28 de diciembre de 1520 al 3 de enero de 1521
- Crónica IV. Del 4 al 10 de enero de 1521
- Crónica V. Del 11 al 17 de enero de 1521.
Valladolid, del 18 al 24 enero de 1521
El 22 de enero, en una carta, Burgos apremiaba a Valladolid a abandonar la lucha comunera, pero la postura de Valladolid era firme desde la toma de Tordesillas y sabemos que la Junta de Comunidad quemó aquella carta sin más contemplaciones. Valladolid no sólo no abandonó la lucha sino que
continuó animando a otras villas y ciudades castellanas a unirse a la revolución.
A estas alturas, en la Junta General se habían abierto varios debates sobre el modo de gestionar la ofensiva militar comunera frente a las fuerzas realistas. Había quien temía represalias de los “grandes” ante los sangrantes pillajes realizados por el ejército comunero en el medio rural y había quien consideraba que estas incursiones descontroladas darían al traste con cualquier posibilidad de negociación para la paz.
Otro debate fue el referido al capitán general del ejército comunero. Este cargo tenía dos aspirantes, con dos formas muy distintas de abordar la estrategia militar del momento: Pedro Laso de la Vega, partidario de adoptar una estrategia defensiva, con Valladolid como eje y cuartel militar; y Juan de Padilla, partidario de una vía ofensiva que vengase el desastre de Tordesillas.
El 24 de enero, obedeciendo lo decretado por Carlos I desde Worms (Alemania) el 17 de diciembre, la Chancillería –presidente, oidores y demás funcionarios– se dispuso a abandonar la villa, pero la población les cerró el
paso en la puerta de Santiesteban y decidieron volver a la sede de la audiencia.
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