La Muestra Internacional de Cine y Diversidad Sexual CinHomo se asoma a sus dos décadas de trayectoria. A punto de dar el pistoletazo de salida a su XIX edición, sigue siendo el único certamen en su género en Castilla y León: un referente local y regional, amén de uno de los buques insignia de la Fundación Triángulo y una de las citas cinéfilas más asentadas en Valladolid.
Nos sentamos con dos de sus organizadores, Alberto Simarro y Domingo Castaño, para hablar de las novedades de esta edición, de cómo los documentales conciencian sobre Derechos Humanos o del reflejo del colectivo LGBTI en el séptimo arte.
Esta edición llega cargada de novedades…
Domingo – Desde la misma estructura del festival. Otros años había un parón en la programación justo después de la inauguración, pero este año tenemos quince días de cine y actividades a diario. Sin ir más lejos este fin de semana incluimos actividades como la proyección de un documental en la sede de la ONG Azacán o el día del cine LGBTI Español en el Teatro Calderón. Su incorporación como espacio CinHomo es otra de las novedades.
Novedades desde el primer momento, pero también en la propia clausura.
Alberto – Cerramos, por primera vez, en el Aula Mergelina de la Universidad de Valladolid. El aforo de los cines Casablanca ya se nos quedaba pequeño. Será una clausura abierta al público, de entrada gratuita, y es el momento elegido por The Levitans para presentar su videoclip Suicide, una canción de contenido LGBT.
Además, por primera vez, la Joya no es una película, sino un ciclo completo dedicado a un director.
Alberto – Es que Xavier Dolan tiene unas películas espectaculares. Con solo 19 años estrenó su primer largo en Cannes. Apenas tiene 30 años y es todo un referente en el cine y en el cine LGBT. Pasaremos todas sus películas, menos la última, que aún no se ha estrenado en España.
¿Es una idea que nace con vocación de continuidad?
Alberto – Desde luego no será el último ciclo. Nunca lo habíamos hecho hasta ahora, pero, sí, tenemos ganas de que continúe. Hay directores cuya filmografía tiene un contenido LGBT bastante claro y otros que le hacen muchos coqueteos. Un candidato firme para protagonizar un segundo ciclo es Bruce LaBruce.
Volvamos a una de las novedades más destacadas de esta XIX edición, el Día del cine LGBTI Español. Instauráis una celebración que coincide con el vigésimo aniversario del estreno de Todo sobre mi madre, ¿qué supuso este filme?
Domingo – Fue un hito muy importante a nivel cinematográfico –Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa, siete premios Goya, galardonada también en Cannes o en los Premios del Cine Europeo-, pero también en la sociedad como película pionera, en cuanto al público de masas, en tratar el tema de la transexualidad en España. Aunque sí había otros títulos españoles que hablaban de la transexualidad ninguno había logrado tal repercusión.
La transexualidad necesitaba un espacio de relevancia este año y se lo vamos a dar con este día. Contaremos, también, con la presencia de la escritora Valeria Vegas, una de las personas que más trabajan el tema de la transexualidad en nuestro país, autora del libro Vestidas de azul, y proyectaremos el documental del mismo nombre. Es una jornada gratuita, a la que puede acceder todo el mundo.
Más allá de esta celebración en el Teatro Calderón, el tema de la transexualidad tiene un peso muy importante en la programación de este año.
Alberto – Ahora se producen muchos documentales y películas sobre la transexualidad y eso se nota en las posibilidades de selección. De hecho, en el apartado de documentales hemos tenido que descartar muchas buenas producciones que abordan la transexualidad para dejar hueco a otros temas, pero, por calidad, perfectamente podría haber muchos más documentales trans.
Domingo – La transexualidad está viviendo una salida del armario, la misma que primero se dio entre los gays y más tarde entre las lesbianas. La entrega del Oscar a la actriz transexual Daniela Vegas por Una mujer fantástica abrió el campo de la transexualidad, también en España, a nivel artístico, cultural y educativo. Por supuesto, también en el cine. Es una manera maravillosa para llegar al espectador, para dar visibilidad, y hasta ahora no se había hecho con tanto hincapié.
Además de este reflejo en el cine que veis como organizadores de CinHomo, ¿lo notáis como Fundación Triángulo?
Alberto -Sí, muchísimo. Ahora mismo estamos impartiendo charlas sobre protocolos en colegios, en centros de salud… Es importante trabajar este tema sobre el que aún existe desconocimiento. Hay quien nos ha llegado a decir que es una moda.
Domingo – Una moda es teñirte el pelo de verde, pero cambiar tu identidad y tu orientación sexual… Aunque todavía es difícil es cierto que las personas están mucho más abiertas a poder expresar su identidad de género sin miedo a que te puedan, por ejemplo, encarcelar, algo que ocurría aquí hace no tantos años y que por desgracia sigue ocurriendo en otros países.
¿Cómo abordan las cintas seleccionadas por CinHomo este tipo de realidades?
Domingo – El ciclo de documentales las muestra en relación directa con los Derechos Humanos. Permite ver la realidad que existe en diferentes países. Pero también se nota en las películas, algunas muy didácticas, que abordan las realidades y problemáticas existentes desde el punto de vista de la ficción. Desde este campo se ha llegado también al cine comercial: es el caso de películas como Girl, que proyectamos en esta edición.
También pueden mostrar esta realidad por su contenido y por la historia de la propia producción. Es el caso de una de las películas que proyectáis este año: Rafiki. Independientemente de la historia que narra, su censura en Kenia ya nos indica la situación de la diversidad sexual en el país.
Alberto – Es sorprendente que se prohíba una película de tanta calidad, que ha triunfado tanto a nivel internacional. Ha tenido éxito en todos los festivales de cine por los que ha pasado.
Domingo – La historia de esta película es muy valiente. Tenía la pretensión de ser tenida en cuenta para los Oscar, pero, para ello, era requisito haber sido proyectada en los cines de su país. Pese a la prohibición se tejió un ‘engaño’: durante unos días se proyectó de forma casi clandestina en una sala de cine, lo que fue suficiente para argumentar su presentación a los Oscar. Finalmente pudo ser candidata.
El programa de este año también mira a un tema tan desconocido para el grueso de la sociedad como es la intersexualidad.
Domingo – La intersexualidad es algo minoritario que todavía no ha salido a la luz, pero está ahí. Por eso hemos querido hacer un guiño con la proyección de Yo, Imposible, la cinta ganadora de la Espiga Arcoíris en la última Seminci. Es una película venezolana, de Patricia Ortega, tan bonita como interesante.
¿Qué criterios manejáis a la hora de seleccionar los títulos?
Alberto – Queremos incluir todas las siglas LGBTI en el programa; en el caso de la ‘T’, en todas sus clases: travesti, transexual y transgénero. Este año no hemos conseguido programar ‘la B’ (bisexualidad) por los problemas derivados del apagón en Venezuela. Teníamos previsto proyectar un documental de Patricia Ortega, pero no pudo llegar a tiempo.
Domingo – Contamos con tres equipos que trabajan durante tres o cuatro meses solo para realizar la selección de ficción y documentales. Visionamos muchísimos trabajos. En el caso de la ficción, este año hemos visto unas 200 películas para quedarnos con 20.
Alberto – En el caso de los documentales hemos visionado un total de 79.
¿Cuál es, para vosotros, la cinta más arriesgada del XIX CinHomo?
Alberto – Me parece muy interesante el documental Entre deux sexes por abordar la intersexualidad. Es tan desconocido que parece que hasta hace dos días no existía. O These are my hands, un corto que aborda la transexualidad desde un punto de vista muy poético. Además, este año hay documentales que no son tan dramáticos como los de anteriores ediciones. La realidad es dura, sí, pero hay alguna cinta que la mira desde una óptica positiva, como 9Trans.
Domingo – Cada una en su estilo es arriesgada. La selección es tan diversa que hay cintas para todos los gustos, drama o comedia –como The Party-, de cine comercial o del circuito independiente. Yo diría que es arriesgada Lulú en el jardín por su director, que desvela una experiencia familiar y que estará aquí, en CinHomo, para comentarla después de proyectar su película. El espectador se encontrará con una vivencia contada en primera persona. Sí, me parece una apuesta arriesgada por él.
El próximo año sopláis veinte velas como festival. ¿Tenéis alguna asignatura pendiente o algún as guardado para la siguiente edición?
Domingo – Sí, ya tenemos ideas para 2020 y vamos a empezar a trabajar en ellas a partir del mismo día de la clausura. No diremos nada…pero os adelantamos que os vais a sorprender todos.
Esas dos décadas son las que este año cumple Fundación Triángulo en nuestra ciudad. En este tiempo ¿cómo ha evolucionado la sociedad vallisoletana respecto a la realidad LGBT?
Domingo – No tiene nada que ver la idea que se tiene de las personas LGBT, ni las oportunidades y la igualdad que tenemos hoy en día, con lo que era hace 20 años. Tampoco es lo mismo nacer en una familia conservadora o en una liberal, el contexto de cada uno varía muchísimo dentro una misma ciudad.
Aunque hemos avanzado, queda camino por recorrer. Vivimos en una de las pocas Comunidades Autónomas sin ley de igualdad LGBTI. Pensábamos que se aprobaría en esta legislatura y finalmente no ha sido así. Seguiremos reivindicándolo gobierne quien gobierne.
¿Avanzan más rápido las leyes o la sociedad?
Domingo – En este caso, sí, la sociedad va por detrás de la norma. La Ley de Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo en España fue necesaria para que la sociedad aceptase algo que, hasta entonces, ni se planteaba.
Alberto – Yo creo que, en general, las leyes tardan más en adaptarse que la sociedad, y el mundo LGBT no es algo aparte. Dicho esto, es cierto que la Ley del Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo fue un salto importantísimo.
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