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El Patio Herreriano acoge una muestra inédita en España sobre el maestro de la fotografía Willy Ronis
13

abr

2018

El Patio Herreriano acoge una muestra inédita en España sobre el maestro de la fotografía humanista Willy Ronis

La exposición aborda el interés del artista, seleccionado por el MoMA como uno de los cinco representantes de la fotografía gala de posguerra, por lo cotidiano 

La muestra ‘Willy Ronis. Un siglo de humanismo’ entra en España por la puerta grande del Museo Patio Herreriano de Valladolid, que custodia, hasta el próximo 3 de junio, ochenta fotografías del artista francés.

El comisario y la coordinadora de la exposición, Matthieu Rivallin y Anne Morin, han resaltado, durante su presentación, que se presenta por primera vez en España gracias a la colaboración del museo Jeu de Paume de París y la mediateca del Ministerio de Cultura galo, al que el propio artista donó en vida la totalidad de su obra: unos 108 000 negativos y más de 20 000 copias, ha detallado el comisario.

Willy Ronis (1910-2009) forma parte del selecto grupo de fotógrafos franceses que imprimieron su nombre en la historia del arte europeo del pasado siglo XX y del que también forman parte Robert Doisneau y Brassai, con los que coincidió, al inicio de su carrera, en la agencia Rapho. Los tres, junto con otros imprescindibles de la fotografía europea de la posguerra –Herni Cartier-Bresson o Izis- fueron seleccionados para la exposición ‘Cinco fotógrafos franceses’ que acogió el MoMA en 1953.

Aunque comenzó su producción en los años 30 –y la propia muestra arranca en estos primeros momentos de su carrera- “Ronis pasó a la historia como uno de los máximos representantes de la corriente humanista que se impuso en Francia después de la Segunda Guerra Mundial”. Retratista de un país devastado por las contiendas, siempre impuso una mirada “poética, optimista y con cierto sentido del humor”.

Su trabajo para revistas como Life, presente en la exposición del Patio Herreriano, es solo un capítulo en una muestra centrada en su incansable búsqueda de la belleza en lo cotidiano. Así, el recorrido, organizado desde un punto de vista cronológico, se centra en sus series sobre París y en sus álbumes más íntimos.

Su objetivo refleja “el ambiente de euforia y la lucha por un porvenir mejor” de los conflictos sociales en los que estuvo implicado como miembro del Partido Comunista durante los años 30.  Esta primera etapa pronto se interrumpe de forma abrupta debido al conflicto armado y su condición política que le hizo ocultarse hasta mediados de los cuarenta.

Finalizada la guerra regresa a su París natal. Comienza su etapa humanista y sus encargos en prensa, campo en el que pronto destacó –fue el primer fotógrafo francés contratado por Life-. Pese a ello, nunca dejó de lado su interés por “el pequeño elemento que hace extraordinario lo banal”, ha explicado la coordinadora, quien añade que este afán por lo cotidiano “borró la frontera entre su vida personal y profesional”. En esta línea, la exposición cuenta con numerosas instantáneas de las calles de París, de las zonas cercanas a su casa y a su día a día, fotografías de su familia, con su mujer como –esta, presente en el Patio Herreriano, seleccionada para la muestra del MoMA-.

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